La atmósfera en el suelo es de máxima importancia para los procesos de oxidación. Son fundamentales el laboreo y las cubiertas vegetales. El suelo es el sostén de las plantas y el almacén de agua, aire y nutrientes.
Porosidad del suelo
Según sea la composición del suelo tendremos más o menos espacios vacíos que forman la porosidad.
Esta porosidad puede tener:

- Macroporos: poros de gran tamaño con gran cantidad de aire y que el agua atraviesa de forma muy fácil debido a la gravedad.
- Microporos: son poros minúsculos que tienen el agua retenida y es la que fundamentalmente absorben las plantas.
Al conjunto de macroporos y microporos que tiene el terreno se le denomina porosidad y depende totalmente de la composición del terreno.
Los arenosos tienen mayoritariamente macroporos permitiendo que el agua se deslice fácilmente.
Los arcillosos tienen básicamente microporos y por tanto escasa aireación y alta retención de agua.
La atmosfera en el suelo
Es la cantidad de aire que se acumula en los poros. Lo ideal sería que la composición del suelo fuese de aire en una proporción superior al 20%.
El aire que encontramos en el suelo favorece:
- La respiración de las raíces.
- El proceso de oxidación-reducción.
- La descomposición de la materia orgánica.
Intercambio gaseoso entre el suelo y la atmósfera
La aireación del suelo se puede mover por:
- La acción del viento que puede introducirlo o expulsarlo.
- El agua del suelo desplaza el aire de los poros de un lado a otro.
- Al dilatarse o contraerse los gases por efecto de la temperatura. Se puede controlar con sondas de temperatura de subsuelo.
- La textura del suelo.
- La respiración de las raíces que absorbe 02 a la vez que desprenden CO2 y éste pasa a la atmósfera.
- Las lluvias.
Factores que influyen en la atmósfera del suelo
- Textura: si el suelo está muy encharcado no hay lugar para los gases. La medición con sensores y sondas de humedad es fundamental. La aireación tiene relación con los macroporos, cuanto más pequeños son más retienen el agua.
- Estructuras: es decir la agrupación de arcilla, arena y limo. Cuanto más compactos son, menos permiten el movimiento de aire.
- Drenaje: capacidad para eliminar el agua.
Problemas de la atmosfera en el suelo
Una mala aireación del suelo se produce por:
- Una mala gestión del riego o por exceso de lluvias, el agua ocupa gran parte del espacio poroso.
- Suelos arcillosos que forman capas que alteran el drenaje.
- Costras superficiales de sales que impiden la aireación. Es importante por tanto el control de salinidad con sondas de conductividad.
- Las capas más profundas tienen menos difusión de gases porque el espacio de poros es menor.
Efectos en los cultivos de la baja aireación del subsuelo
Los efectos negativos que ejerce la mala aireación en las raíces de las plantas se deben tanto a la falta de aire cómo al exceso.
- Una aireación deficiente hace que las raíces sean más cortas y tiendan a ser más superficiales para poder oxigenarse.
- Elevado anhídrido carbónico (CO2) hace que disminuya la permeabilidad celular. Se altera la absorción de nutrientes.
- Los suelos muy aireados hacen que los minerales se oxiden.
- Los encharcados convierten al suelo en ácido. También se reduce la cantidad de hierro.

La temperatura del suelo
La temperatura del suelo influye en todos los procesos físicos, químicos y biológicos del suelo. Se puede ver alterado el crecimiento de la planta, los brotes e incluso afectar a la caída de la hoja.
Influye en la descomposición de la materia orgánica. Los más fríos hacen que las reacciones químicas sean más lentas. Por el contrario en los más cálidos aumentan la erosión. Esto hace que disminuyan la disponibilidad de nutrientes. En estos casos las coberturas vegetales pueden ayudar a controlar estos procesos.
Las sondas de temperatura de subsuelo son muy útiles para controlar la actividad radicular de la planta.



Cómo mejorar la atmósfera en el suelo
Básicamente hay dos factores que benefician la atmósfera del suelo:
- El drenaje mediante escurrimiento que evite la asfixia radicular. Puede ser superficial o profundo. En el caso de riego lo mejor es el control de humedad con sondas para evitar los encharcamientos.
- Agregación y laboreo del suelo. La composición juega un papel importante.
La capacidad de aireación influye directamente en la absorción de oxígeno por las raíces, en el intercambio del O2 con la atmósfera y la salud del sistema radicular.
Plantae especialista en controlar la atmósfera en el suelo
Cómo ya indicamos los sensores y sondas de humedad, temperatura del suelo y conductividad nos ayudan a mantener la atmósfera en el suelo en perfecto estado, controlada en tiempo real, evitando los encharcamientos y valorando la salud del sistema radicular por medio de la temperatura.
La mejor manera de cuidar el medio ambiente es el control. Ahorramos agua y energía y a la vez la planta tiene en cada momento lo que necesita. Se evita el estrés hídrico y en tiempo real el agricultor puede tomar las decisiones más acertadas a cada estado fenológico de su cultivo.


Fuentes: